martes, 12 de febrero de 2008

MI BARBIE DESTELLOS

De pequeña soñaba que mis muñecas abrían los ojos y empezaban a hablar y a contarme historias fantásticas, entonces pasábamos un rato estupendo mientras tomábamos café con galletas. Ahora tengo veintiséis años y el otro día pasé por una cafetería y ví que mi sueño se había hecho realidad. Una mujer estaba charlando alegremente mientras tomaba café, tendría unos cincuenta años y su piel estaba tan estirada y sus labios tan perfectos que parecía que mi Barbie Destellos estaba viva de verdad. Pero no sé, de repente me invadió un sentimiento de tristeza y empecé a recordar que con la edad dejé de soñar con mis muñecas parlantes, supongo que me di cuenta que no despertaban en mí ningún sentimiento real, ningún tipo de cariño. Supongo que me empecé a dar cuenta de que la gente que me rodeaba, la gente real, era la que realmente me hacía feliz… y la que me sigue haciendo feliz; mi madre con sus arrugas tan bonitas a mis ojos, mis amigos todos tan guapos con sus imperfecciones que les quedan tan bien… Entonces comprendí que el sentimiento de tristeza que me había invadido era porque había comprendido que esta sociedad se estaba convirtiendo en una gran fabrica de juguetes en cadena donde hemos dejado de parecernos a nosotros mismos para convertirnos en eso, en muñecos parlantes.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejando a las barbies locas con ametralladora a la conquista del mundo infernal.
En estas noches de visible oscuridad me he dado cuenta que Conchita le da un aire a Paca.
Es decir ¿un parecido razonable?
Besos del lagarto Juancho.

Anónimo dijo...

Cuando era pequeña mi vecina del sexto y la del cuarto eran tan parecidas que siempre pensé que eran gemelas...

Mayogem

av[artist] dijo...

Gracias chicos por el vínculo... os agrego yo en el mío también!! Y "leche" a ver si saco tiempo y os leo un poquillo...

Abrazos!!

Hans Levirsson dijo...

Hacerse mayor forma parte de lo bonito de la vida. Aunque supongo que lo digo ahora que tengo 27 y me acerco peligrosamente a los 30...

Cada uno de nosotros somos únicos.

:)