PIEZAS

En casa de mis padres nada funciona bien… para poder encender el horno has de coger unos alicates y agarrar un botón a la vez que intentas moverlo hacia la derecha, y suerte con la temperatura porque ese botón se borró hace tiempo. El pan lo comemos quemado casi todo los días porque nadie se leyó las instrucciones de la tostadora y hasta el mango del cuchillo para raspar está roto. La cisterna del cuarto de baño está rota y tenemos que levantar la tapa, introducir todo el brazo y tirar de algo esponjoso que no me atrevo a mirar por si acaso. El lavabo también está roto con un cartel de “roto” que me recuerda todas las mañanas que nada funciona bien. En el salón hay unas manchas paranormales con formas de caras…o así me gusta verlo, pero en realidad son de humedad de la bañera…que también está rota. La lavadora está rota porque nunca centrifuga y sacar la ropa se convierte en una tarea de alterofilia, halterofilia sin “h” claro, porque si es en la casa de mis padres seguro que se le ha caído. El lavavajillas no está precisamente roto, pero si lo tocas con las manos mojadas te da una descarga eléctrica de las de gritar… y es siempre en ese momento que me vuelvo con furia hacia ellos… y les veo ahí, tan tranquilos como si nada les importara… y en realidad, eso a mí me encanta.